miércoles, 7 de abril de 2010

EL JAGUAR, LAS MANDÍBULAS MÁS POTENTES






El jaguar, yaguar o yaguareté (Panthera onca), es un carnívoro felino del género Panthera y la única de las cuatro especies actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor felino de América y el tercero del mundo, después del tigre (Panthera tigris) y el león (Panthera leo). Su distribución actual se extiende desde el norte de México y gran parte de Centroamérica hasta el Perú, Paraguay y el norte de Argentina. Exceptuando algunas poblaciones en Arizona (suroeste de Tucson), esta especie ya ha sido prácticamente extirpada de los Estados Unidos desde principios de la década de 1900.

En la especie se produce en ocasiones un exceso de pigmentación conocido como melanismo. La condición melanística es menos común que la manchada (se da en aproximadamente un 6% de la población) y es el resultado de un alelo dominante. Los ejemplares con melanismo parecen totalmente negros, aunque se pueden apreciar las manchas si se los mira de cerca. Los jaguares con melanismo son conocidos informalmente como «panteras negras», pero no constituyen una especie distinta. Igual que en los demás grandes félidos, en raras ocasiones aparecen individuos albinos, denominados «panteras blancas».




Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más acordes a los del tigre (Panthera tigris). Si bien prefiere las selvas densas y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o abiertos. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca, junto con el tigre, por ser un felino al que le gusta nadar. Es fundamentalmente solitario y un cazador que tiende emboscadas y oportunista a la hora de elegir las presas. También es un superdepredador y una especie clave que desempeña un importante papel en la estabilización de los ecosistemas en los que habita, regulando las poblaciones de las especies que depreda. El jaguar tiene una mordedura excepcionalmente potente, incluso en comparación con otros grandes felinos, lo que le permite perforar los caparazones de reptiles acorazados como las tortugas y utilizar un método poco habitual para matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para proferir un mordisco fatal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando al cerebro.


La base de su pelaje suele ser de un color entre amarillo pálido y castaño rojizo. La piel está cubierta de unas manchas en forma de rosa para camuflarse en su hábitat selvático. Las manchas pueden variar en la piel de un mismo animal y entre diferentes jaguares: las rosetas pueden incluir una o más manchas y la forma de las manchas varía. Las de la cabeza y el cuello son generalmente sólidas, igual que las de la cola, donde se pueden unir para formar una banda. La región ventral, el cuello y la superficie exterior de las patas y los flancos inferiores son blancos.








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